Resulta que cuando uno está escribiendo, generando opinión,
subrayando el acontecer informativo de Honduras, asume un compromiso de
honestidad y sinceridad en lo que piensa, de honradez. Difícil ser objetivo
cuando todas las personas son víctimas de sus circunstancias e influenciadas
por su entorno. La objetividad no existe ni en el periodismo ni en la vida
misma. Somos humanos con sentimientos; creencias, tristezas, enojos, alegrías
etc. no somos robot ni objetos ¿cómo ser objetivo entonces?. Si soy
católico por favor no me pidan que piense como un
musulmán. Cuando se opina, exijo de cualquier ser humano pensante; la
honestidad, la honradez y que manifieste criterios y argumentos convincentes,
honestidad para decir y poner los punto sobre las íes. Así que independientemente
de los diferentes criterios políticos de cada quien, vale aclararlo.
Así un director o el dueño de la imprenta o medio de comunicación debe siempre exigirle a sus empleados periodistas más que objetividad en la información ese valor que tanto se ha
perdido: LA HONESTIDAD. La verdad no es una sola de quien tenga más “galillo”
poder o dinero para enunciarla. La verdad es una suma de hechos evidentes que
se van formando a medida el tiempo pasa. Y es la primera obligación del
periodismo, apegarse a la verdad lo más que se pueda. De hecho en el 2012
reunidos en Harvard prestigiosos periodistas, en largos debates fue ese el
primer elemento del periodismo al que llegaron acordar, repito; apegarse a la
verdad. Segundo elemento es la lealtad ante todo a los ciudadanos. Un
periodista que no es leal, que se siente traicionado porque buscaba canonjías
en el poder, es más peligroso informando, explota como un “terrorista mediático
de la información”, actúa motivado más por el odio, por el sentimiento de rabia
que por la lealtad a su público. Este especimen de energumenos son altamente
ponzoñosos y destilan veneno sin
analizar las consecuencias. Tercer elemento es la disciplina de la verificación, este aspecto lleva a lo primero, para apegarse a la verdad debe
verificar los datos, las fuentes, de lo contrario se deja la verdad en el
abismo. Hay otros elementos que serán para otra ocasión analizarlos.
En lo particular agregaría que en
el periodismo debe evitarse ocultar información relevante e importante por
motivos políticos e ideológicos. Hoy no es posible por las redes sociales, el
internet en general que esto se hace más difícil, por lo tanto jugar así es
arriesgarse a ser más evidentes en su deslealtad, en su adrede manipulación de
la información. Por ejemplo, en la redes circuló que el connotado científico
hondureño Sir Salvador Moncada, renunció como embajador de Marca País en Honduras y dirigió una carta a JOH. Y como siempre estoy acostumbrado a dudar,
sobre todo porque en las redes así como encontramos mentiras, igual
hay verdades que los medios tradicionales ocultan, busqué verificar dicha
información en internet y dicha noticia está publicada hasta en medios
salvadoreños y algunos medios no oficiales
del gobierno hondureño. El científico según la carta dice: “Los acontecimientos de las últimas
semanas indican que el Gobierno de la República, en su afán de continuar en el
poder y subvertir la voluntad popular, no sólo ha recurrido al fraude electoral
sino que además ha hecho uso de cualquier tipo de medidas incluyendo la
represión violenta de la población. Esa conducta es totalmente inaceptable en
una sociedad democrática y sus resultados han creado conmoción en el mundo”.
También agrega: “Honduras es un país donde además, sistemáticamente se han irrespetado
los derechos humanos y se ha asesinado líderes políticos, entre otros,
distinguidos dirigentes de las comunidades indígenas como Berta Cáceres. El
gobierno que Ud. preside continúa acusado de inacción en la resolución de esos
casos o, peor aún, de colusión con los responsables de crímenes”. Si es así me
sorprende la honradez, honestidad y verdad de este ilustre caballero orgullo de
América. No es que dude de personas honorables, pero en Honduras tenemos un
Cardenal muy “ilustrado” respetado hasta cierto punto, pero que de una manera
dantesca, informal y parcializada condena los que piden y se indignan por la
corrupción y el fraude de las elecciones, lo que para él es su verdad: “que le
estamos quitando la paz a Honduras, en esas protestas violentas, quemando
llantas” Esto es creíble porque lo veo y lo escucho de su boca con su ceño fruncido, sobretodo por el antecedente de la actitud
hipócrita y vil del Cardenal Oscar Andrés Rodríguez en el golpe de estado de 2009.
Los “grandes” medios hondureños ante esa importante noticia, no han desmentido esa
carta que el científico hondureño envió a JOH y están atentos al veneno que expulsa
el cardenal Rodríguez.
Al amigo partidario nacionalista,
aquél que no está de acuerdo en otro gobierno que no sea el de Juan Orlando
Hernández, o que no está de acuerdo en que La Alianza del país gobierne, si es
honesto, honrado de corazón, cristiano que ama nuestra patria, que desea
trabajar por su familia, déjeme decirle que usted en su silencio cómplice al no
condenar un fraude tan evidente, está tomando la actitud de aquella madre que
su hija llora desconsolada y denuncia que el padrastro o el mismo padre abusa
de ella, entonces esa madre le dice; --calla, calla hija, ¡por favor cállate!. que no tenemos donde ir,
como voy a trabajar y mantenerte, por favor calla. No seas mentirosa.
Por supuesto que son casos diferentes, pero hay que admitirlo: la patria es abusada, es violada y vilmente torturada, no se haga de oídos sordos ante esos clamores porque usted está omitiendo o suprimiendo su integridad y sus valores.
Tan difícil es para que este señor Juan Orlando Hernández quien pretende gobernar el
país, entienda que no es un odio a él en sí mismo, pues es un humano, un padre de familia, una
persona que tiene sentimientos, pero que al escucharle hablar así como en esa
cadena nacional de hoy, quienes tuvieron la valentía de escucharlo y soportar
su acostumbrado cinismo, escucharlo hablar nos produce náuseas como cuando un
perro vomita y vuelve comerse su propia vomitada. ¿Cuándo entenderá que la mayoría de
hondureños no quieren ser espectadores de
sus mentiras y cinismos?, ¿cuándo entenderá que la corrupción de este gobierno nos produce náuseas y vómitos como sus palabras?.
Villanueva, Cortés 2 enero, 2018
Josué E. Polanco
polancoedmundo1986@gmail.com
Josué E. Polanco
polancoedmundo1986@gmail.com