Tengo un sueño, no al estilo de Martin Luther King, que es uno de los iconos
norteamericanos, más bien al estilo
Morazán sin desmeritar él primero, el
que enfrento la muerte sin un ápice de temor, y desafió la mentira clerical. Todos
los hondureños deberíamos tener un sueño en conjunto, comenzando
lógicamente por los sueños individuales
con el único propósito de engrandecer Honduras.
La película Ágora la cual
recomiendo mucho, me hizo recordar la
novela de Ramón Amaya Amador Los Brujos
de Ilamatepeque, cuando miré esa película me dije; sueño con llevar al cine adaptando esta novela a un guión o hacer un
documental bastante profesional y dar a
conocer tanto nacional como
internacionalmente lo que pasó en Ilama
a mediados del siglo XIX. Claro, si Dios me presta algunos años más de
vida, o por lo menos desearía que otro lo hiciera profesionalmente para que nos
quiten la venda de los ojos.
Alejandro Amenábar es el
director de la magistral película
española. Ágora nos enseña mucho sobre
el peligro del fanatismo religioso, este drama histórico hace relación al
famoso suceso de la filósofa Hipatia,
mujer bella y amante de la filosofía, gran matemática considerada por cristianos símbolo del
paganismo y acusada de hechicería , fue
asesinada y es uno de los tantos abominables crímenes atribuidos a la iglesia, en la película su
muerte es vista sin tanto
sufrimiento al ser asfixiada por consentimiento de uno de sus
ex discípulos para no sentir las
pedradas de la turba cristiana que se imponía en ese entonces, los acontecimientos de la película distan mucho de la realidad, además estamos
hablando del año 391 d. C. sin embargo lo esencial es cierto y comprobado. No considero
que la película haga una crítica a la idea cristiana sino al fanatismo.
La pasión de los personajes
en sus credos y convicciones es
fácilmente notable, la filósofa interactúa con sus discípulos como una gran maestra, una
mujer pura, maravillosa en todas sus dimensiones.
Que tiene que ver con los
Brujos de Ilamatepeque, pues el mismo drama, a los hermanos Cano se les asesina con la mayor
repugnancia de una ejecución, por
conspiración de la iglesia y la alcaldía del pueblo. Leer la novela los brujos
de Ilamatepeque es conocer por boca de los Cano a Francisco Morazán. Ramón
Amaya Amador a través de sus personajes describe acuciosamente al Morazán cegado por la ignorancia de sus habitantes,
al demonio de Centroamérica, el anticristo. Al parecer la religión siempre
sale vencedora por medio de las
supersticiones y en este caso no fue la excepción
Pero al final la razón sale triunfante. Considero aquel acontecimiento de
Alexanndria paralelo al suceso de no hace muchos años.
Dejo el link de la película
y por favor no la mire si está en
poca disposición para disfrutar, prepare las palomillas y hágalo con el tiempo suficiente por que
dura dos horas.
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